jueves, 19 de agosto de 2021

Algo más sobre la trayectoria de la matrícula de educación superior

 Es necesario mirar hacia atrás para describir la trayectoria de crecimiento de la matrícula en la década pasada, porque el fenómeno viene desarrollándose con cierto impulso desde los años ochenta, una vez implantada la reforma universitaria de la dictadura con la promulgación del DFL1 (1980) y aplicada el 1981. Un botón que muestra este recorrido, refiere a que la matrícula universitaria creció  significativamente cuando el número de estudiantes pasó de 118.573 a los 661.862, aumentando su tamaño casi seis veces entre los años 1983-2011.

En el período democrático, iniciado en marzo de 1990, las universidades mantuvieron las líneas generales del sistema establecidas en los años ochenta, pues no adoptaron decisiones estratégicas que transformaran las lógicas de mercado impuestas. No obstante, se aplicaron acciones que intentaron mejorar el sistema educativo de varias maneras, entre ellas, el aumento gradual de los subsidios, estimándose entre 1991-2000, un incremento del gasto público en educación superior de 74% en términos reales (Brunner,1999; Carnoy et al, 2001), del Informe OCDE 2004. Mientras, el gasto público por estudiante aumentaba sólo un 5% en igual período. La mayor parte del aumento de los recursos por estudiante estuvo dirigido al gasto indirecto, o sea, a otorgar mejores términos en los créditos para estudiantes. Recordemos que los gobiernos democráticos instituyeron un sistema de préstamos para financiar el acceso a la enseñanza superior, compuesto por el Fondo Solidario de Crédito Universitario (FSCU) de 1994 y el Crédito con Aval Estatal (CAE) de 2006. Este último experimentó modificaciones el 2012, derivadas de la movilización estudiantil universitaria y secundaria del año anterior (2011), una fue la reducción de la tasa de interés aplicada al CAE.

En el año 2011, siete de cada diez estudiantes constituían la primera generación de su familia en cursar estudios universitarios (Meller, 2011). La singularidad de la ampliación de la matrícula universitaria y de la educación superior en general, fundada en el esfuerzo de los jóvenes para ingresar al sistema, es que efectivamente se trató de un camino llevado adelante en medio de varios problemas que las movilizaciones estudiantiles de 2011 expresaron con fuerza: baja calidad de la enseñanza (Castells, 2005;  Meller, 2011); fallas en el funcionamiento del mercado de la educación universitaria relacionadas con la lógica de competitiva con que funcionan (Meller, 2011) y el endeudamiento de una parte importante de los estudiantes, que se tornó problemático cuando los egresados no encontraron puestos de trabajo acordes a su nivel de formación y/o las condiciones laborales ofrecidas a los recién egresados eran más bien precarias, en términos de sueldo y estabilidad profesional.

Referencias

-  Castells Manuel (2005). Globalización, desarrollo y democracia: Chile en el contexto mundial. Fondo de Cultura Económica, Primera edición, Santiago de Chile.


-  Informe de Evaluación de las políticas educacionales de Chile, 2003. Organización de   Cooperación y Desarrollo Económico (O.C.D.E.).


- Meller Patricio (2011). Universitarios, ¡el problema no es el lucro, es el mercado! Uqbar Editores, Primera Edición.

 

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